Anoche me soñé entre caníbales
y sentí temor, verdadero miedo.
No me defendí, no intenté correr.
Recuerdo un tigre blanco
repitiendo tres palabras
en plan mantra:
Ans Tam Son.
Soñé también con tres chamanes
que bailaban a mi alrededor
y en el ruido mismo del ritual
oía el grito de un tambor.
Seguramente mi cuerpo lo sintió como una pesadilla,
de ahí la transpiración, los temblores.
Por lo pronto, una noche más.
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