16.11.09

la calma interior de la tormenta

¿A quién le hablo? ¿A quien puede interesarle lo que hay a continuación? Mientras se me ocurren pocas respuestas, miro por la ventana la magia de la lluvia. Sí, su magia. La tormenta que sólo es perfecta al lograr su único cometido: dividir. La lluvia tiende a la separación de las personas, la división de las masas en individuos – atención que no es un mensaje político-.

En días como éste, hay quienes simplemente dejan de salir. De aquellos que lo hacen, hay quienes van bajo el halo de protección de sus paraguas, pilotos o carpetas, algunos esperan en improvisados refugios que encuentran bajo cualquier techo cercano y también están esos otros que se encorvan, bajan la cabeza y caminan a pasos agigantados creyendo que los alcanza una menor cantidad de gotas. Pero claro que esto no es así.

No te equivoques. Acá es de noche, muy entrada la noche, y ya nadie pasa por esta calle. Ni autos, ni animales…ni vivos, ni muertos. Podrá no pasar nadie, pero todavía recuerdo tormentas.

Y como en toda categorización, también están los menos. Ese otro grupo. Y a esta edad aún puedo jactarme de disfrutar caminando bajo la lluvia, chapoteando, pisando cada charco y sintiéndome especial. Pero no ahora. Lo que pasa afuera es otra cosa. Días como hoy en que las tormentas se hacen sentir, esos momentos de un cielo furioso y casi temible, ni los sueños salen de noche.

Afuera, cada vez peor. Puedo sentirlo. Puedo verlo y vivirlo. La separación y la soledad. Entre gota y gota hay otra tormenta. Y cada una de ellas me divide cada vez más. Por un lado estoy seco y estoy contento, pero también es sabido que la tristeza hace eco en la soledad, y los vientos del Este acechan mi calma, las civilizaciones de monstruos que se encuentran sepultados vuelven a andar, como cultivos de estas gotas de maldad. La malicia y frialdad con que trabajan las tormentas son inestimables. Siglos y siglos de perfeccionamiento para lastimar y dañar. La lluvia no moja, hiere. A cada gota más me cuesta respirar. Basta. ¡Basta! Además ¿quién va a quejarse si dejo de escribir? Si dejo de pensar ¿alguien lo notará?

9.11.09

Anoche me soñé entre caníbales

y sentí temor, verdadero miedo.

No me defendí, no intenté correr.


Recuerdo un tigre blanco

repitiendo tres palabras

en plan mantra:

Ans Tam Son.


Soñé también con tres chamanes

que bailaban a mi alrededor

y en el ruido mismo del ritual

oía el grito de un tambor.


Seguramente mi cuerpo lo sintió como una pesadilla,

de ahí la transpiración, los temblores.


Por lo pronto, una noche más.

5.11.09

va pa'l bicho

El miedo, el sueño
y las mejores historias,
los besos, visiones
y las voces en los huecos,
todo viene del mismo lugar

las experiencias sexuales imaginarias,
las fotos,
vos
y yo

Lo unico que vale aclarar en este comienzo
es que necesito que, como todo lo que me gusta,
esto arranque en la oscuridad,

...just because...

'Stories of rottenness and corruption are always the best stories, aren't they?' (The White Tiger)